jueves, 28 de julio de 2016

La bastarda de Estambul de Elif Shafak














Título: La bastarda de Estambul
Autor: Elif Shafak
Editorial Lumen, 2009
Traducción: Elisa Sonia Tapia Sánchez
384 páginas
ISBN: 9788426417077


Inicié el 2016 por las siempre exóticas tierras turcas con la lectura de La bastarda de Estambul. A raíz de la publicación de su última novela, El arquitecto del universo, consideré que había llegado el momento de leer a  Elif Shafak. Aún tentándome su última publicación, me decanté por su primera novela traducida al español, La bastarda de Estambul (2006), cuya publicación estuvo envuelta en la polémica debido a las referencias al genocidio armenio. A consecuencia de ello, la autora fue acusada de humillar al pueblo turco y llevada a juicio.
Elif Shafak es una escritora de origen turco pero nacida en EstrasburgoFrancia, en 1971. Su madre era diplomática, lo que hizo que Shafak cambiará de ciudad atendiendo a los destinos que el trabajo de su madre (divorciada) requería. Quizás por ello haya manifestado que su obra está por encima de las nacionalidades. Sin embargo, la raíz turca no deja de palpitar tras su pluma. Es interesante cómo las tradiciones e historias de Occidente y Oriente se mezclan en sus obras. 

"No maldecirás lo que caiga del cielo. Ni siquiera la lluvia. Caiga lo que caiga, por intenso que sea el aguacero, por helada que esté el aguanieve, jamás lanzarás blasfemias contra lo que el cielo nos tenga reservado."



Elif Shafak
De los libros me gustan muchas cosas, y no hablo sólo de una hermosa portada o de un sugerente título (que a veces, también), sino de aprender, abrir ventanas, recorrer laberintos y descubrir. La historia que se cuenta en la novela me gustó muchísimo; la joven estadounidense que viaja a su tierra natal para descubrir sobre sus raíces y termina sufriendo un cambio vital. Es un tema bastante recurrente en muchas obras pero aún así no te "molesta", no se hace repetitivo el artificio. Sólo es el recurso que la autora emplea para presentarnos sus temas, su contraposición de culturas, la dualidad entre Oriente y Occidente.
 La novela está dominada por la presencia de fuertes personajes femeninos. Dos jóvenes y sus respectivas familias; una joven turca y la chica americana de origen turco y armenio. Si bien la sociedad turca está dominada por el hombre, es una sociedad patriarcal, dentro de las casas son las mujeres quienes ejercen su dominio. En obras como  La casa de Bernarda Alba de Lorca o en Tomates verdes fritos (1996) de la norteamericana Fannie Flagg nos topamos también con estas mujeres.  Hablamos de esas mujeres que luchan en la cotidianidad y se enfrentan con sus armas a la sociedad y a las normas que les tocan por nacimiento y geografía. La trama se desarrolla en la actualidad pero vuelve la mirada hacia el pasado, hacia las raíces que sostienen el extraordinario árbol genealógico de las jóvenes protagonistas. 
Considero que es una obra que debo recomendaros, os animo a perderos entre sus olores, sus sabores y sinsabores, a descubrir los hilos que tejen la historia de estas mujeres. Queda pendiente leer su última novela, pronto he de hacerlo.




Un apunte antes de terminar. En esta novela leí por primera vez sobre el llamado genocidio armenio, del cual mi desconocimiento era total hasta el momento. Con más de un millón de víctimas, es considerado el primer genocidio moderno ya que aconteció desde 1915 al 1923.  Es, además, el segundo más estudiado desde el Holocausto nazi.  Aunque la República de Turquía reconoce que estas masacres ocurrieron, niega a su vez que se trate de un genocidio. Asegura que fueron "daños" colaterales de la I Guerra Mundial. Sobre el tema hay publicadas varias novelas. Una de ellas, Los cuarenta días de Musa Dagh (1933) del austro-checo Franz Werfel, se convirtió en un best seller, aunque sólo estuvo dos meses a la venta antes de ser retirada por el régimen nazi, y se dice que era leída por los jóvenes judíos en los campos de concentración.



viernes, 15 de julio de 2016

Colección Wonder, R.J. Palacio / "You can't blend in when you were born to stand out."




   


Título: La lección de August                                   Título: La historia de Julián
Autor: R.J. Palacio                                                   Autor: R.J. Palacio
Colección: Wonder                                                  Colección: Wonder
Género: Juvenil                                                        Género: Juvenil
Páginas: 416                                                             Páginas: 160
Publicación: 2012                                                     Publicación: 2014
Editorial: Nube de Tinta                                           Editorial: Nube de Tinta
ISBN: 9788415594024                                          ISBN:  9788415594420

Título: El juego de Christopher                              Título: Charlotte tiene la palabra
Autor: R.J. Palacio                                                  Autor: R.J. Palacio
Colección: Wonder                                                 Colección: Wonder
Género: Juvenil                                                       Género: Juvenil
Páginas: 128                                                            Páginas: 192
Publicación: 2015                                                    Publicación: 2016
Editorial: Nube de Tinta                                          Editorial: Nube de Tinta
ISBN: 9788415594826                                         ISBN: 9788415594765

 "You can't blend in when you were born to stand out."

       "No puedes camuflarte cuando naciste para destacar."

     En la nota biográfica que adjuntan los libros de la colección WONDER nos dicen que R.J.Palacio siempre quiso escribir un libro pero que  nunca encontraba el momento. Hasta que se puso a ello. A veces. tal vez,  todo se reduzca a un verbo que me imagino de color verde: empezar.
Tras esas dos iniciales se esconde una mujer, Raquel Jaramillo Palacio. Diseñadora gráfica que durante veinte años ha ilustrado numerosas portadas de libros. Palacio vive en Nueva York con su marido, sus dos hijos y dos perros. Es hija de padres colombianos y nació en Queens.
Con su primera novela, La lección de August, logró un gran éxito entre los lectores de todo el mundo y varios premios y reconocimientos. Según he leído en una entrevista concedida por la autora a un periódico catalán, en España (y sobre todo, en Cataluña) se dispararon las ventas del primer libro a raíz de un recomendación de Pep Guadiola en un programa de radio. Al parecer, su hija lo había leído en su escuela en Nueva York y posteriormente, lo leyó toda la familia. Esto me lleva a pensar en el potencial que tendrían los futbolistas en el fomento de la lectura entre adolescentes.

     Como he dicho, Palacio siempre quiso escribir una novela. La semilla germinó cuando estaba sentada en un parque con sus hijos. En un banco vecino, una madre con su hija con una malformación en la cara. De pronto, uno de sus hijos comienza a llorar de miedo. Esta situación (que según la propia autora no supo gestionar)  puso en movimiento la maquinaria de la creación. Aquella misma noche, al llegar a casa y tras escuchar la canción Wonder de la cantante Natalie Merchand, comenzó a escribir ese libro que llevaba más de veinte años esperando. Había llegado el momento perfecto, por fin. 


     Si eres de esos lectores a los que les gusta subrayar o extraer ideas de los libros, con estos vas a disfrutar. Si eres profesor, madre, padre, tío, tía, primo, prima o amigo de un niño, por favor, intenta que Wonder llegue hasta él. Temas tan fundamentales como la amistad, la aceptación, la amabilidad, la superación, o el amor son abordados en la colección de una manera muy amena. Es remotamente imposible no conectar con los personajes tengas la edad que tengas y es más que imposible no crecer después de haberlos leído. Por otro lado, son libros llenos de referencias musicales, poéticas, teatrales, etc. La intertextualidad emana de sus páginas y eso, al final, es lo que conforma la magia de la literatura. Ese laberinto sin fin. 

"Brillaba en su amabilidad hacia él - repitió Traseronian, sonriente -. Qué cosa tan sencilla... Una bonita palabra de ánimo que alguien te ofrece cuando la necesitas. Un acto de amistad. Una sonrisa pasajera."


     Aunque aquí solo hay cuatro títulos, me resta uno pendiente por leer, El libro de preceptos del señor Browne. Estos preceptos son parte de la tarea que el profesor de lengua (el señor Browne) propone a los alumnos. Cada mes expone uno diferente y sobre el mismo, ellos deben reflexionar. En verano, les pide que le envíen una postal desde su lugar de vacaciones con un precepto o mandato que les parezca fundamental y por qué. Como ya he dicho, aún no he leído este último libro de la colección pero, al parecer, la autora pidió a sus lectores que le escribieran de la misma manera. Así, nacería este libro. Nadie es una isla, ¿no?

Algunos de los preceptos del señor Browne extraídos de La lección de August:

- Septiembre: "Cuando puedas elegir entre tener razón o ser amable, elige ser amable." Dr. Wayne W. Dyer.

- Octubre: "Tus actos son tus monumentos." Inscripción en una tumba egipcia.

- Noviembre: "No tengas amigos que no sean iguales a ti." Confucio

- Diciembre: "Audentes fortuna iuvat" (La fortuna sonríe a los audaces.) Virgilio

- Enero: "Ningún hombre es una isla, completo por sí mismo." John Donne

- Abril: "Lo que es hermoso es bueno, y quien es bueno pronto será hermoso," Safo

- Junio: "¡Sigue el día e intenta tocar el sol!" The Polyphonic Spree, "Light and Day"

Si queréis saber más sobre la autora y sus libros, os dejo un enlace a su página:  http://rjpalacio.com/index.html

lunes, 11 de julio de 2016

Personas importantes en la historia o de cómo me lío

al hacer una reseña e investigando descubro a Andrew Carnegie. Ay, así no acabo nunca (ja, ja)



        Aunque suene a queja he de admitir que es otra de las muchas cosas que me fascinan de los libros. Te abren el universo. 

          Documentándome un poco para escribir mi reseña sobre los libros de la colección Wonder de R. J. Palacio de pronto me topo con los premios con los que tales libros han sido galardonados. El primero de ellos, la Medalla Carnegie creada en 1936 en memoria del escocés Andrew Carnegie. Entonces, en mi mente de salamanquesa (de las que abundaban en el cortijo donde me crié) comienza a inquietarse. ¿Quién sería este señor?, ¿por qué esta medalla lleva su nombre?, ¿qué hizo?... Y a partir de ahí, del mismo modo que la salamanquesa recorre los tejados buscando insectos, yo me metí en Google y empecé la aventura. Ya podréis adivinar que lo que descubrí fue lo suficientemente poderoso como para dedicarle esta entrada. Sí, lo que averigüé sobre este tal Andrew no es poca cosa. Sobre todo, me conmovió por dos motivos: por lo que supusieron los libros en su vida y por su capacidad de hacerse a sí mismo desde la pobreza absoluta hasta llegar a convertirse (agarraos a la silla o a al palo de la sombrilla) en la segunda persona más rica de la historia, según la revista Forbes

A. Carneige hizo fortuna gracias al acero. Aunque nace en Escocia en 1835, con unos 12 años emigra con sus padres a los Estados Unidos. Desde su llegada al país de las oportunidades el jovencísimo Carneige ya comienza a trabajar como chico de la bobina en una fábrica de tejidos o como telegrafista. Será en este último donde Andrew descubra el teatro, y es que se las apañaba para hacer entrega de los telegramas justo a la hora de levantar el telón, ¡ay, pícaro! 

        Pero yo necesitaba entender por qué se le concede anualmente la medalla que lleva su nombre al mejor libro escrito en inglés para niños y jóvenes y por qué parte del premio que se le otorga al ganador ha de ser destinado a la compra de libros que posteriormente éste tendrá que donar a la biblioteca que prefiera. Grandes escritores como C.S. Lewis, Neil Gaiman o Terry Pratchett son algunos de los galardonados con este premio. En 2013 esta medalla se le concedió a R.J.Palacio por su novela La lección de August (el leitmotiv de todo por si lo habíais olvidado)
Carnegie Medal

        He aquí la razón. Había un tal coronel James Anderson quien poseía una biblioteca con unos mil volúmenes. Dicho coronel, cada sábado por la mañana, abría su biblioteca, o el universo, a los niños obreros de su ciudad. Ya habréis adivinado quién no solía faltar a su cita. Sí, nuestro joven Andrew. 
He tomado la decisión de escribir sobre él porque considero que se lo merece. Fue una persona capaz de hacerse a sí misma tanto económica como intelectual y culturalmente. Fue el mismo que manifestó que " If ever wealth came to me that it should be used to establish free libraries.",y oye, parece que lo cumplió. 
         
Carnegie Library 
        Si hay alguien en este nuestro mundo que fomente que un libro llegue a cualquier niño, a mi parecer, debe ser conocida su labor. O al menos, esa es mi convicción.
Entre 1883 y 1929 un total de 2.509 bibliotecas fueron construidas con el dinero donado por A. Carnegie no sólo en Estados Unidos, sino también en Reino Unido, Irlanda, Canadá, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Serbia, o en islas del mar Caribe. 


Andrew Carnegie murió a los 83 años. Descansa su alma en el cementerio de Sleepy Hollow en Nueva York. Sí, el Sleepy Hollow de la leyenda de Washington Irving. Caprichos de la literatura o de la vida. O de las dos. 


viernes, 8 de julio de 2016

Libros que me han marcado (II) o de cómo comencé a leer



        Son muchos (que no bastantes ni suficientes) los libros que, en mis años como lectora, llevo atesorados (precioso verbo que habla de tesoros...) Quien me conozca un poco, lo sabe. Todo el mundo exclama "!Qué de libros!" mientras yo pienso, "!Qué poco tiempo para poder leer todos los que quisiera!"
     
        Desde el ya algo remoto día que traje conmigo aquel libro del cole, las ansias de leer no cesaron. Siempre quería más, una historia pide otra, o eso dicen, ¿no? Le rogaba a mi madre que me comprara libros. En aquella época el dinero era sólo para cosas imprescindibles. Sin embargo, poco a poco, mi madre cedía a mi antojo, tal vez comenzó a entender cuán importante era un libro para mí. Eso, o cedió sin más a mi locura a lo quijotesco. En cualesquiera de los casos me faltará vida o tiempo, o todo, para agradecérselo.

        Cuando iba de visita a casa de algún pariente, mis ojos ansiosos buscaban el rastro de un libro por los muebles. Si lo veían, el corazón, como un gorrión entre las manos, no me dejaba oír las conversaciones entre los adultos, divagaba. "¿Qué historia se encontraría atrapada en ese libro cerrado, y seguramente, olvidado por todos?, ¿qué personajes esperaban allí dentro a que un lector les diera vida?"  El infinito se abría en mi mente y mi imaginación volaba.  Años después descubriría el cuento "La biblioteca de Babel" del argentino Borges y, por fin, comprendería. Igual que yo, en este relato, el escritor argentino entendía el universo como una biblioteca formada por todos los libros posibles, una biblioteca infinita.
La biblioteca de Babel según Borges
                                                 
        Soñaba con las estanterías, las veía en mi mente y se me abría un agujero en el estómago. Los libros perfectamente dispuestos, solapa contra solapa, los colores que se mezclarían, el olor que desvelaría sus edades, las alturas disparejas entre ellos... todo parecía maravilloso en mi imaginación. Y he aquí una confesión que creo que muchos entenderéis. Llegué a pedirle a mi madre que me comprara libros en lugar de ropa. "Con muy pocas prendas puedo vestirme, mami. Pero necesito leer."- le argumentaba.

       
        La imaginación, al igual que las ansias de conocer,  habían de ser saciadas. Había abierto un poco la puerta y la poca luz que había visto me había atrapado.  Al igual que la curiosa Alicia cae en la madriguera del conejo blanco, una tediosa tarde de otoño, comencé a leer. 






lunes, 4 de julio de 2016

Those were the days- Mary Hopkin (1968)

   
       En su camino de vuelta a casa desde el colegio la pequeña Charlotte se cruzaba con un ciego que tocaba el acordeón. Una de las canciones que encandilaba a la pequeña era "Those were the days" de Mary Hopkin. Gracias, Charlotte, por detenerte a escuchar a este enigmático ciego y por darme la posibilidad de descubrir este precioso tema.
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        Una de las muchas cosas que me fascinan de los libros es la magia que se produce cuando gracias a ellos te topas con pequeñas perlas musicales. Esto es lo que me ha sucedido nada más empezar a leer la segunda parte de la colección "Wonder" Charlotte tiene la palabra, de la escritora R. J. Palacio. El primer libro de esta colección, de la que prometo hacer reseña, es La lección de August, y os aseguro que es una "lección" maravillosa la que nos enseña. Si tenéis cerca a niños, les pueden resultar muy instructivos. Si por el contrario, simplemente queréis disfrutar de una colección amena y que además os enseñará a crecer, echadles un vistazo a estos libros de "Wonder", que por otro lado, tienen unas portadas muy chulas.

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        A pesar de que soy una persona muy aficionada a la música y no puedo pasar un día sin oír alguna canción, reconozco que desconocía este tema. Ahora bien, la melodía me resulta muy familiar. Estoy segura de que hay una versión en español y de que muchos sabréis de cuál se trata. Por ahora, me quedo, sin un ápice de duda, con ésta. Curiosamente se trata de una versión de una canción original rusa y fue su primer gran y merecido éxito.
  


 Os dejo la letra en español

AQUELLOS FUERON LOS DÍAS
Sucedió una vez que había una taberna
donde solíamos levantar una o dos copas,
recordar cómo reíamos durante horas
y pensar en todas las grandes cosas que haríamos.
Aquellos días, mi amigo,
que pensábamos que no acabarían,
cantaríamos y bailaríamos por siempre jamás.
Viviríamos la vida que eligiésemos.
Lucharíamos y nunca perderíamos
porque éramos jóvenes y estábamos seguros de seguir nuestro camino.
Luego, nos arrastraron los días ocupados,
perdimos nuestras ensoñaciones por el camino.
Si por casualidad te viera en la taberna,
nos sonreiríamos y diríamos
“Aquellos fueron los días, mi amigo,
que pensábamos que no terminarían.”
Cantaríamos y bailaríamos por siempre jamás.
Viviríamos la vida que eligiéramos,
lucharíamos y nunca perderíamos.
Aquellos fueron los días, oh, sí, aquellos fueron los días.
Justo esta noche me detuve frente a la taberna,
nada parecía como solía ser.
En el cristal vi un extraño reflejo.
¿Era yo realmente esa solitaria mujer?
A través de la puerta provenía una risa familiar.
Vi tu cara y oí que me llamabas.
Oh, mi amigo, somos más viejos pero no más sabios
porque en nuestros corazones los sueños son aún los mismos.

[…]